Me considero una persona fácil de convencer para ir al mar, pero especialmente este sábado al mediodía me dieron unas grandes ganas de bajar al puerto a comer.
Existen muchos restaurantes grandes y con una gran trayectoria como la Curva de Don Jere o la Dolce Vita. Pero en esta ocasión preferí uno de esos lugares chiquitos que están alrededor, el “Restaurante Blanqui Playa el Obispo”. Las ventajas son que literalmente estas frente al mar, tienen pocas mesas y la atención es mucho más personalizada.
Cuando llegamos, estaba el esposo de la niña Blanqui sacando conchas fresquitas, con un delantal rosadito con encaje digno de admiración y también de cuestionarse quien llevaba las riendas del restaurante. En la mesa que escogimos solo nos separaba un murito del mar. Con una brisa deliciosa y con una Pilsener bien helada comenzamos la tarde.
Existen muchos restaurantes grandes y con una gran trayectoria como la Curva de Don Jere o la Dolce Vita. Pero en esta ocasión preferí uno de esos lugares chiquitos que están alrededor, el “Restaurante Blanqui Playa el Obispo”. Las ventajas son que literalmente estas frente al mar, tienen pocas mesas y la atención es mucho más personalizada.
Cuando llegamos, estaba el esposo de la niña Blanqui sacando conchas fresquitas, con un delantal rosadito con encaje digno de admiración y también de cuestionarse quien llevaba las riendas del restaurante. En la mesa que escogimos solo nos separaba un murito del mar. Con una brisa deliciosa y con una Pilsener bien helada comenzamos la tarde.
Solo les pregunto:
Que hicieron ustedes este sábado al mediodía?
2 comments:
Hey, pensé que ya no iban a postear, qué bueno es saber de ustedes...
hola que ondas? ... sorry pero ya estamos de regre... gracias
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